
Romantic Killer es un anime basado en el manga homónimo escrito e ilustrado por Wataru Momose. Este manga fue publicado originalmente en la plataforma digital Shonen Jump+ entre 2019 y 2020 y ya está concluido con un total de 4 volúmenes recopilatorios. La serie animada fue producida por el estudio DOMERICA y lanzada en 2022 en la plataforma Netflix, contando con un total de 12 episodios. El director del anime es Kazuya Ichikawa, conocido también por su trabajo en otras producciones como «The World Ends with You: The Animation» y «Monster Strike the Animation». Romantic Killer se inscribe dentro del género conocido en Japón como «RomCom», abreviación de Romantic Comedy o comedia romántica, un tipo de historia muy popular que suele combinar situaciones amorosas con humor ligero. Sin embargo, lo interesante de esta serie es cómo subvierte y parodia los tropos tradicionales del género mientras ofrece una crítica social relevante: en los últimos años, ha habido una creciente preocupación en Japón por la baja tasa de natalidad, en parte atribuida a que los jóvenes están menos interesados en formar parejas románticas. Romantic Killer se apropia de esta realidad y la convierte en el punto de partida para una historia que, entre risas y exageraciones, expone de forma satírica la presión social que se ejerce sobre las nuevas generaciones para enamorarse, formar una familia y “cumplir” con ciertas expectativas demográficas y culturales. Así, más allá de sus momentos cómicos y escenas absurdas, el anime lanza una mirada crítica y reflexiva sobre el papel del romance en la juventud japonesa actual.
La historia sigue a Anzu Hoshino, una adolescente completamente feliz con su vida libre de romance. Sus mayores placeres son los videojuegos, el chocolate y su gato Momohiki, y no muestra el menor interés por relaciones sentimentales. Pero todo cambia abruptamente cuando aparece Riri, un pequeño ser mágico enviado por una organización que busca fomentar el romance en los humanos para salvar la baja tasa de natalidad. Riri le informa a Anzu que sus tres placeres favoritos serán confiscados hasta que se enamore, poniéndola a la fuerza en escenarios típicos de juegos de simulación romántica. Desde ese momento, su rutina se transforma en una serie de encuentros con chicos atractivos, malentendidos escolares y momentos sacados directamente de un cliché de «galge» (juego de citas japonés). Sin embargo, Anzu no se deja llevar tan fácilmente: resiste con humor, sarcasmo y una fuerte personalidad, tratando de mantener su independencia emocional a toda costa. Esta premisa se convierte en una sátira constante de los lugares comunes del género shojo y de las historias románticas prefabricadas, pero también ofrece una reflexión sobre la libertad de decidir cómo vivir la adolescencia. A medida que se desarrollan los episodios, la protagonista enfrenta situaciones que la hacen crecer emocionalmente, sin dejar de cuestionar si realmente el amor debe imponerse como meta obligatoria. De esta forma, Romantic Killer logra entretener con su humor y energía, al tiempo que plantea preguntas pertinentes sobre la presión de enamorarse y lo que significa realmente ser feliz.

[…] fascinantes, podrían desconectar a quienes buscan pura comedia. Eso no pasaba, por ejemplo, en Chi: Chikyū no Undō ni…