Y siguiendo con mi intento de recuperar algunos de los post de mi versión difunta fallecida del blog, miren la casualidad que tras hablar de 2.5 Ririsa encontré el de Marin Kitagawa. Como de seguro han notado, el blog perruno no sigue un orden cronológico en cuanto a los temas que toca. Es decir: a veces veo algo que me interesa mucho o sale una cosa interesante que es bueno compartir y de un momento a otro una partícula de inspiración me permite hablar de eso. O una mañana me pongo a escribir de una película que vi hace algunos años. O simplemente no me da la gana de hablar de todo lo que los demás hablan hasta mucho después (a veces nunca) independiente de si es buena o mala. Después de todo el tiempo es una cosa circular que se contrae y expande sin ningún control. Pero no nos vayamos por las ramas. Tal es el caso de Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru, también conocida como My Dress-Up Darling, una serie de anime que rompió el internet de la mano de su adorable protagonista femenina. La verdad es que yo caí en la “trampa” de este anime porque pense que se hablaba en él acerca de las muñecas «hina», aquellas que muchos reconocerán del Hinamatsuri, festival dedicado a estas muñecas y también conocido como Festival de las Niñas (3 de marzo). Para hacer corto un rollo cultural bastante extenso, estas muñecas son lo que conocemos como “muñecas de biscuit”, muñecas de trapo con cuerpo hecho de tela y manos, pies y cabeza en masa esmaltada. Y que siempre me han parecido bonitas…. y un tanto aterradoras también. Pues bien, estas muñecas que se popularizaron en el siglo XIX llegan muchas veces a la categoría de obras de arte por lo elaborado de sus trajes o el dibujo de sus rostros, y en Japón la cosa ya llega a ser superlativa: estas muñequitas, trabajadas como un arte tradicional, tienen incluso talleres en donde son preparadas a mano como adorno familiar o personal, para participar en el Hinamatsuri. Y pueden ser MUY caras. Así que empecé a ver este anime pensando aprender un poco más de esta muñecas y resultó que era un anime que más bien trataba de cosplay. Pero también trataba de muñecas, eso si. Y su coprotagonista fue la “waifu” de moda. Y claro, la han dibujado como si alguien tratara de derretirle el cerebro a sus fans. » La muñeca de porcelana que se enamora» obra de Shinichi Fukuda comenzó su serializado en enero de 2018 y en enero de 2022 empezó su anime, teniendo a la fecha trece volúmenes recopilatorios publicados. El cual se posicionó fuerte en lo mejor de esa temporada a base de lo de las muñecas, una historia chico-chica convencional y mucho fan service de parte de su adorable cosplayer, dejando todo servido para un remonte y éxito de ventas en los volúmenes recopilatorios del manga y haciendo que uan segunda temporada del anime se caiga de madura (pero no cae la maldita). No me queda duda de que le van a sacar hasta la última gota a esta historia. Pero como decíamos en 2.5 Ririsa, resulta que este manga es posterior, o al menos tiene menos volúmenes por lo que si habláramos de que alguien se copio de alguien, tendríamos decir que éste es la copia.
La familia Gojou tiene un taller de muñecas. Wakana Gojou fue criado por su abuelo tras quedar huérfano y heredo de él la fascinación por el arte de hacer estas muñecas y termina intentando convertirse en una kashira-shi, el artesano experto que se dedica exclusivamente a dibujar los rostros. Pero por el momento Wakana solo trabaja los trajes tradicionales miniatura con que se visten estas muñecas. Wakana siendo un niño fue tratado con crueldad por una amiga de su infancia, por su fascinación por las muñecas, eso y este acto marcó su vida para siempre. Ya convertido en un adolescente es solitario y callado porque siempre ha supuesto que si se relaciona con otras personas, estas también tendrán una reacción de desprecio ante su afición y trabajo. Y como la máquina de coser de su casa no anda tan bien, Wakana decide practicar y avanzar su trabajo haciendo los trajes de la muñeca con las máquinas de coser del taller de la clase de Economía Doméstica de su colegio. Y allí, una tarde cualquiera se topara con Marin Kitagawa, la típica e inalcanzable “reina del colegio”, una hermosa muchacha que no deja desinteresado a quien la vea y que el propio Wakana reconoce que esta a miles de kilómetros de su liga. Y esta allí, en el taller de costura. Y lo que él va a descubrir de ella y los llevará a formar una pareja de trabajo es realmente sorprendente en el caso de Marin y le da a Wakana una oportunidad absolutamente única: Marin es otaku de los animes de chicas mágicas y los “erogame” y quiere hacerse el traje de su personaje favorito de su juego favorito (el juego del cuerno tiene un título que más que título parece un informe completo, además de ser para adultos y ser un poco más pervertido de lo que suelen ser estos juegos) pero es extremadamente torpe con las manos y no tiene ni idea de como usar bien las máquinas de coser, por lo que necesita un experto haciendo costura. Y ese experto ahora está parado frente a ella, rebelándole a una completa desconocida que es un loco por las muñecas hina y que si, él puede hacer el traje de Marin…. siempre y cuando consiga dejar de temblar al hablar con semejante “bombón”. ¿Conseguirá Wakana hacer el trajecito de maid que Marin quiere o morirá de un derrame cerebral cuando intente tomarle las medidas? ¿Es este el fin de nuestro amigo Gojou-kun?
Pingback: Y cuando nadie lo solicitó, aparece trailer del live-action de My Dress-up Darling - El Blog de Shigure
Pingback: My Dress-Up Darling Live Action: cuando el JAV supera a la ficción - El Blog de Shigure