Muramata-san no Himitsu es un anime corto y muy peculiar que se estrenó en 2024, producido por el estudio Studio Gekkou, especializado en títulos para adultos que se alejan del enfoque convencional del hentai explícito, prefiriendo en su lugar una estética más sugerente, cómica y erótica. Este anime está basado en el manga del mismo nombre creado por Eri Ejima, una autora que se ha destacado en los últimos años por abordar temáticas sexuales desde una óptica lúdica, tierna y algo fetichista, combinando comedia romántica con situaciones subidas de tono. El manga se serializó originalmente en revistas seinen con contenido para adultos, alcanzando cierta popularidad de nicho gracias a su premisa inusual y su encantadora protagonista. El anime cuenta con 4 episodios de aproximadamente 8 minutos cada uno, lo que refuerza su carácter ligero y digestivo, como un pequeño dulce travieso que se consume con una sonrisa cómplice. Aunque no cae en la categoría de hentai explícito, Muramata-san no Himitsu se inscribe claramente en el ámbito de los animes eróticos para adultos, con situaciones sugerentes, planos subidos de tono y una fuerte carga de fetichismo, todo envuelto en un tono de comedia desenfadada. La dirección del anime estuvo a cargo de Hideki Arisawa, quien anteriormente trabajó en otros cortos ecchi como “One Room” y “Tawawa on Monday”, mostrando su afinidad por los retratos íntimos de personajes femeninos en situaciones cotidianas, con toques de picardía y cercanía. En conjunto, el anime logra un equilibrio entre lo provocador y lo simpático, una rareza que no intenta competir con grandes producciones, pero que se hace un lugar en el corazón (y en la imaginación) del espectador curioso que busca algo más que lo habitual. ¿Y por qué me he puesto yo hablar de esta historia? porque es «rara» y dentro de lo raro que es el hentai, lleno de parafilias. algunas francamente extrañas, uno con una temática tan peculiar…. bueno… uno al año, no hace daño.
La peculiaridad más llamativa de la protagonista, Muramata-san, es que tiene una lengua bífida, es decir, una lengua dividida en dos como la de una serpiente. Pero no se trata de un accidente o una malformación congénita, sino de una decisión propia: Muramata se hizo esta modificación corporal de forma voluntaria durante sus años universitarios, por un impulso estético, una búsqueda de identidad y, según sus propias palabras en el manga, “para besar de formas que otros no pueden”. Esta característica, aunque le da cierta inseguridad, también la vuelve única y… sorprendentemente versátil. Muramata trabaja en una oficina típica de una empresa japonesa, donde cumple con sus labores administrativas con dedicación y eficiencia. Sin embargo, vive en constante tensión por el temor de que sus compañeros descubran su «secreto». Usa su lengua con total normalidad mientras habla, pero debe tener cuidado en situaciones más íntimas, como al comer con otros o al reírse demasiado fuerte. Eso sí, cuando se encuentra a solas con personas de confianza (y con cierta afinidad por lo inusual), no duda en mostrar su habilidad especial… siempre de forma consentida y juguetona, por supuesto. El anime se divierte explorando estos momentos de coqueteo sin caer en vulgaridades, con escenas en las que Muramata se ruboriza, se enreda en malentendidos y hasta deja boquiabierto al chico que le gusta con un beso que literalmente no se esperaba. Todo esto envuelto en una atmósfera ligera, con fondos sencillos y una animación que apuesta más por las expresiones cómicas y los silencios incómodos que por los fuegos artificiales visuales. Muramata-san no Himitsu es una oda a lo raro, lo sexy y lo entrañable, un homenaje pícaro a los pequeños secretos que todos llevamos dentro… o en la lengua.
Traidor... y se supone que somos amigos... si salgo en la portada del Trome con un pompon de coneja atracado…