
Nukitashi The Animation (traducido al español como Nukitashi: No Hay Forma de Que Esto Sea Correcto, ¿Verdad?) es una adaptación animada basada en la novela visual para adultos desarrollada por Qruppo, que se lanzó originalmente en 2019. La producción del anime recayó en el estudio Passione, conocido por otras obras de alto contenido erótico y provocador como Ishuzoku Reviewers y Harem in the Labyrinth of Another World. El director a cargo, Hideki Araki, no es ajeno a proyectos con temáticas subidas de tono, lo que le ha permitido trasladar con fidelidad la naturaleza irreverente de la obra original. La historia no proviene de un manga o novela ligera, sino que es una adaptación directa de su material interactivo, un juego tipo erotic game o «erogame» lo que significó un reto: condensar decenas de horas de rutas y diálogos en unos pocos episodios. El anime generó polémica incluso antes de su estreno, ya que varios de sus tráilers fueron censurados en plataformas de streaming por el contenido gráfico, lo que en realidad despertó aún más curiosidad entre el público. Uno de los datos más comentados es que el staff tuvo que rehacer ciertas escenas tres veces para encontrar un balance entre el erotismo y la comedia absurda, sin caer directamente en hentai explícito, lo que a larga terminaría siendo la forma en que esta serie vio la luz: una versión fuertemente censurada para la «TV abierta», una versión más subida de tono para la televisión por cable y el streaming y finalmente toda la carne en el asador para el lanzamiento en Bluray, que terminó siendo un «éxito en ventas» (que por cierto, de éxito tiene que se vendió bien, pero las cosas en el medio físico en Japón están sufriendo estrepitosas caídas, con lanzamientos que no llegan a vender un ciento de BD, pese a ser muy populares). En términos narrativos, Nukitashi The Animation ofrece una trama que, si se mira más allá del chiste fácil, se sostiene sobre un mundo distópico disfrazado de paraíso sexual. El protagonista se une a un grupo rebelde que busca derrocar las leyes promiscuas de la isla, enfrentando desde duelos de “resistencia erótica” hasta sabotajes a eventos masivos de carácter sexual. Los episodios avanzan combinando escenas de alto voltaje con revelaciones inesperadas, como el verdadero origen de las leyes de Seiram o las motivaciones ocultas de Mika, que resultan más sentimentales de lo que aparentan. A pesar de que la obra constantemente juega a tentar al espectador con la promesa de escenas explícitas, su mayor atractivo radica en el humor desvergonzado y la sátira del género erótico. Incluso los momentos “serios” acaban rematados con un giro ridículo, como un clímax emocional interrumpido por un accidente absurdamente sexual. En cierto modo, el anime funciona como una carta de amor y burla al mismo tiempo hacia las visual novels para adultos, entregando una experiencia que, si bien no cumple del todo las expectativas más “picantes”, sí deja un sabor distintivo, extraño y divertido. Lamentablemente, la historia o sabe tomarse así misma en serio o siquiera como un absurdo que pretende contar una historia y el resultado más allá de ser «sexy» o siquiera excitante, muy pronto se hunde en una vorágine de clicces repetidos hasta el hartazgo. Tras unos minutos, eso de ver en el fondo de las situaciones, parejas teniendo sexo en diversas posiciones sexuales pasa a ser rápidamente molesto, al igual que todos los gemidos de fondo. Entonces tenemos una historia cargada de «sensualidad» que termina siendo de lo más pacata posible, simplemente porque en el fondo no es, como pretende ser, una oda al sexo desenfrenado, sino un rescate y subrayado que el comportamiento sexual en realidad debe ser todo lo recatado posible, para ser un «virtuoso», y que ser virgen es de hecho una virtud a premiar.
En Nukitashi the Animation, el protagonista Junnosuke Tachibana llega a la Isla Seiran, donde una ley extremadamente pervertida obliga a todos a tener relaciones sexuales; negarse es un crimen castigado con dureza. Movido por su devoción a la pureza —especialmente por proteger a su hermana lesbiana de esa ley—, Junnosuke funda una sociedad secreta (NLNS) para resistir esa locura legal. Aunque la trama está inundada de situaciones absurdas, orgías y erotismo casi omnipresente, el tono se mantiene más en lo cómico y caliente, sin llegar a concretar escenas pornográficas explícitas en pantalla, lo cual termina jugando como dijimos en contra de la historia porque resulta que el anime pervertido, no lo es. Esa tensión irresuelta —promete algo perverso, pero no lo entrega— es su talón de Aquiles: parece querer ser más chiste provocador que relato sexual propiamente dicho. Alrededor de Junnosuke surgen personajes secundarios como Hinami Watarai, Nanase Katagiri, Misaki Hotori y Asane Tachibana, quienes agregan capas de humor y enredos a esta comedia sexual distópica, que nunca termina de entender a si misma, empezando porque las premisas y conceptos fundamentales que nos podrían hacer creer que un escenario así es viable, simplemente brillan por su ausencia. La química entre los personajes genera un humor sexual constante, pero siempre con un aire de autoparodia: el anime sugiere, insinúa y empuja límites sin mostrar nada realmente explícito. Esta estrategia termina siendo tanto un gancho como una trampa para el espectador, quien espera contenido más subido de tono del que finalmente recibe. La dinámica entre los personajes mezcla comedia absurda, situaciones absurdamente eróticas y un constante “juego” con la expectativa del público. La peculiaridad del relato radica en ese contraste: erotismo sugerido, escenarios pervertidos, pero sin consumación. Y es ahí donde la serie fracasa en satisfacer a un cierto público: usa la promesa sexual como gancho, pero se detiene antes de cruzar la línea, resultando en una experiencia que se siente «a medio cocinar». Al final, te quedas con la sensación de haber sido atraído por algo indecente, pero quedas con una sonrisa y nada más; un cóctel de comedia, calor visual y frustración romántica que no llega a concretarse del todo. Y dado que somos adultos y está dirigida para adultos, y lógicamente los adultos tenemos derecho a entretenernos con el sexo como tema, esta historia falla precisamente donde debería ser más sencilla su labor: «penetrarnos» con sus premisas. Vamos, que ni Shimoneta es tan corcha.

Parece que no han estado muy seguros de lo que querían hacer, o hubo más de una mano tomando decisiones…