Crónicas Paternas s01e03: sacando de quicio a la señora Souma, solo por deporte

Ser papá tiene sus cosas… sus momentos… siempre me dijeron que me cambiaría, pero lo que en realidad cambia es la vida como uno la vive. Y aparecen nuevas formas en que se vive la vida…. la cuales… tienen sus cosas también. No todo es orégano en el monte, pero en general todo es como una bonita mañana de primavera. Hasta que el pequeño Souma se despierta de malas y hay que atenderlo. Con urgencia. Porque él no espera ni entiende de razones. Y así pasan los días de mi nueva vida, en medio de caos, destrucción, mordidas y muchas canciones infantiles en el YouTube Premium que se paga en casa porque el enano no ve comerciales. Pero hay mucho de que estar feliz, muchas maravillas que ver y mucho de que sorprenderse. Y eso hace que cada segundo valga la pena. Pero también hay momentos para el humor, entre dos adultos, la señora Souma y yo, para recordarnos que aun somos la señora Souma y yo, dos adultos que cuidan un bebé lo mejor que pueden. Y nada como el humor para dejar que la cosa fluya:

1.

(Llevo como una hora esperando, mientras cuido de pequeño Souma…. que hasta ahí, haciendo una tragedía con sus crayones y sus sketch book… y el mueble…. los cojines… el sllón…. la pared. Pero el momento ha llegado, llega su mamá y estoy listo… es víspera de Halloween…)

• – Hola ¿Cómo están? -dice ella sonriendo al encontrarnos en medio del importante proceso de rayar todo con crayón verde.
• – Hola, aquí pasando el rato -respondo yo, mordiéndome la lengua para no ir de lengua y perder el «momentum»- sabes…. estaba pensando en nuestra salida de Halloween, y creo que tengo la solución rápida.
• – ¿Ah, si? que interesante…. ¿y cuál sería?
• – Bueno…. pequeño Souma podría ir con su chaqueta de Gohan bebé, yo con mi polo de Gokú gordo…. ¡y tu podrías ser la esfera de cuatro estrellas! (ese ligero tic en su ojo derecho me dice que di exactamente en el blanco…)

Y aquí estoy…. a solas y comiendo mi comida fría… sin saber si me dejarán entrar a dormir al cuarto… ¡pero nadie nos quitará lo bailado!

2.

Estoy sentado cenando tranquilamente mientras la señora Souma y pequeño Souma practican con sus tarjetas de animales. Experiencias previas me enseñaron que mejor hacer mis tonterías cuando ya me alimentaron, no antes. Así que mientras como algún guiso bajo en sal y sabor, porque en realidad aquí se cocina pensando en pequeño Souma y lo que el médico le ha dicho que coma. Escucho claramente lo que la señora Souma dice y mi lengua se mueve más rápido que el resto de mi cerebro.

• – ¿Y cómo dice el «pato»?

Yo desde mi silla:

• – Saooooo… tampoco tampoco… chisiri cosoro… siiii…

La señora Souma desde el tapete donde juega pequeño Souma, ajeno al intento de asesinato que va a ocurrir:

• – …

Y aquí estoy a oscuras en el sillón, pensando que dormir en un sillón tampoco es como para tanto. No me arrepiento de nada.