Acerca de Blancanieves, Rachel Zegler, Disney, el cine y los tiempos que se van (y los que vendrán)

Como es lógico pensar, yo como ustedes tengo un grupo de youtubers a los que sigo porque su opinión está en consonancia con la mía (la verdad no siempre, a veces es más divertido si no lo está) y lo que dicen, como lo dicen, me parece interesante (esto si siempre). En este mongueo global al que llaman «batalla cultural» siempre es curioso escuchar lo que ambos bandos dicen para ver que tienen que decir realmente. Pero como el blog perruno no es para andar de bronca en bronca, quiero centrarme en el caso de Snpw White live action de este 2025. Como medio mundo predijo mientras avanzaba el drama, la cosa terminó siendo un estropicio mil veces peor de lo esperado. Lo cual tendría sentido para un estudio pequeño y una historia que pretenda ser audaz (por decir algo amable) pero no para una mega corporación del entretenimiento como Disney y su historia más importante y relevante. En este caso la película animada de 1937, con la cual Disney comienza su viaje en serio y que cambio completamente todo lo que sabíamos acerca del cine animado hasta ese momento. Pero no…. a Disney se le ocurrió que sería buena idea reescribir el clásico para adaptarlo a las audiencias modernas, tontería que ya tiene un tiempo haciendo, pero esta vez se ha pegado tal batacazo, que ni siquiera Disney (que puedo operar en números rojos por buen tiempo gracias al merch y los parques temáticos) ha tenido que parar en seco, agachar la cabeza y tragar saliva en medio del enojo y la frustración. Cual niño malcriado que pensaba que por ser quien era tenía derecho a hacer lo que quisiera. Un viejo y tradicional truco para saber donde está el punto de equilibrio de una película, es decir el momento en que ganó el suficiente dinero para que todas las cuentas estén en azul, pero aun no empieza a tener ganancias es multiplicar por tres lo que se haya declarado como costo de producción y el resultado es el muy aproximado punto de equilibrio al que se debería llegar, digamos, para que todos dejen de ajustar. Para el caso de Blancanieves, en medio del caos de una película que parece que no llega a dos meses de exhibición en cines, ese presupuesto de producción de cinco años de trabajo, innumerables regrabaciones y cambios (y marchas atrás) ha ido variando desde los 250 a los 350 millones de dólares. Disney, por cierto, no ha confirmado la cifra oficialmente (pero ya lo hará, cuando tenga que pagar los impuestos) así que para ser amables diremos que 300 millones. Eso por tres es 900 millones. Es decir que Blancanieves necesitaba POR LO MENOS esa cifra para asumir que no había perdidas ni ganancia. Al momento que escribo esto, la taquilla acumulada de Blancanieves es de 183 millones de dólares y pocos son los que creen que en este punto consiga superar los 200 millones, así aunque es una de las películas que más recaudó en lo que va del año, está muy lejos de recuperar la inversión y más lejos aún de generar dinero. Tio Walt, sacúdete en tu cripta. Ahora veamos un interesante análisis que he escogido, con lo que viene a ser el mundo hollywoodense post batacazo de Snow White. Tiene algunas reflexiones muy interesantes, en especial a lo relacionado con la responsabilidad que la actriz tiene en relación con el éxito de una película. No dura mucho, así que los invito a verlo.

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