
La nueva serie de televisión Alien: Earth (también conocida en algunos países como Alien: Planeta Tierra) es una producción conjunta de 26 Keys Productions, Scott Free Productions (la productora de Ridley Scott) y FX Productions para FX y Hulu en EE.UU., y para Disney+ a nivel internacional. Creada, guionizada y showrunner por Noah Hawley, famoso por Fargo y Legion, la serie también cuenta con Ridley Scott como productor ejecutivo. Su primera temporada consiste en ocho episodios; hasta ahora se han estrenado los dos primeros, el 12 de agosto de 2025 en EE.UU. y el 13 de agosto en muchos territorios internacionales. En cuanto a su incorporación dentro de la mitología de Alien, la serie se sitúa en el año 2120, apenas dos años antes de los eventos de la película original de 1979 (Alien: el octavo pasajero). No obstante, divergirá deliberadamente del canon más moderno: aunque cronológicamente cercano a películas como Prometheus o Alien: Covenant, el show no se entromete con sus líneas argumentales ni las continua, sino que prefiere retomar el horror más puro, retrofuturista y corporativo de la saga original. Esto implica que Alien: Earth no es una secuela directa, ni reinterpretación, sino más bien una reinvención con «bell hooks» de la mitología: es un universo paralelo o “soft-canon” que coexiste con la saga, sin invalidar formalmente ninguna película previa. Algunos fans creen que este enfoque puede descanonizar partes de las precuelas más recientes, pero desde la producción se subraya que no se buscó reinterpretar esos eventos, sino crear una narrativa autónoma dentro del universo Alien. Un dato curioso: la serie es la primera de la saga ambientada mayormente en la Tierra y no en el espacio, y se distingue por volver a los efectos prácticos en vez de depender exclusivamente del CGI para los Xenomorfos; los actores compartieron en entrevistas anécdotas como escenas donde otros actores vestían trajes de Xenomorfos entre tomas, algo que recuerdan como “totalmente alucinante”. Además, se especula que la producción tuvo un presupuesto gigantesco, superior incluso al de Shōgun (~250 millones de dólares), lo que señala la ambición de FX con la serie como su nuevo gran evento televisivo. Su ambientación logra recrear fielmente esa atmósfera opresiva y elegante de la saga clásica, con detalles de producción y diseño que evocan esa estética retrofuturista corporativa tan característica —la ciudad, los laboratorios, los interiores del Maginot, los softwares de la nave, los paneles de control—; todo ello hace que el ritmo, si bien pausado en ciertos pasajes de exposición, arranca con solidez e interés, alternando tensión, espacio para el terror visceral y momentos de reflexión. Si bien quizá el ritmo podría parecer lento para algunos, su construcción del mundo y la progresión pausada del horror funcionan como una estrategia efectiva para sumergirte en ese universo desde lo corporativo hasta lo monstruoso. En definitiva, parece prometer una serie centrada más en atmósfera y tensión que en sustos fáciles, y la pregunta permanece: ¿será suficiente para mantener el interés a largo plazo?
En Alien: Earth, los personajes principales, como Wendy (interpretada por Sydney Chandler), su mentor synth Kirsh (Timothy Olyphant), Boy Kavalier (Samuel Blenkin) como genio fundador de Prodigy, y otros como CJ (Alex Lawther), forman parte de un mundo en el que la línea entre humano, máquina y algo intermedio se vuelve confusa. Wendy es una híbrida: su conciencia humana, perteneciente a una niña enfermiza, es transferida a un cuerpo sintético adulto, que además de sintético está provisto de habilidades extraordinarias como gran resistencia, fuerza y una súper computadora como cerebro y alojamiento de su alma, y representa lo novedoso y peligroso de la ambición corporativa de alcanzar la inmortalidad. En cierta medida Wendy nos recuerda a la Kusanagi de Ghost in the Shel, ya que Wendy también se aferra a una brizna de humanidad en un cuerpo que no tiene nada biológico, mientras se va haciendo preguntas y reflexiones. Esta distinción entre categorías de seres —cyborgs (humanos con partes artificiales), sintéticos o synths (máquinas con inteligencia artificial), y híbridos (humanos conscientemente alojados en cuerpos sintéticos)— constituye el núcleo conceptual de la serie en que esta última categoría, los híbridos, «acaba de aparecer» y es en cierta medida ilegal por lo que se mantienen en secreto y son identificados como «sintéticos» solamente. Como premisa plantea preguntas profundas sobre identidad, agenda, explotación y cómo la consciencia humana puede ser redefinida o manipulada. Y si los híbridos pueden ser considerados humanos aun, ya que los sintéticos, pese a sus avanzadísimas IA, no son considerados como tales, solo tolerados. Wendy y un grupo de “Lost Boys” (otros híbridos… se trata de un juego de palabras, ya que la isla en donde se afinca la corporación que los creo se llama «Nunca Jamás»), guiados por Kirsh, investigan el estrellamiento del navío Weyland-Yutani USCSS Maginot en Prodigy City. A su alrededor comienza el caos con la aparición de alienígenas más letales que nunca (si, aquí hay nuevos bichos muy peligrosos además del xenomorfo), lo que, además de desencadenar el conflicto externo, intensifica el drama interno sobre lo que significa ser humano o no, y cuál es el valor de la vida cuando la conciencia se vuelve transferible. El tono del personaje de Wendy resulta particularmente interesante porque encarna la esperanza de trascendencia tecnológica y al mismo tiempo el posible peligro de perder la esencia (o la inocencia), y su evolución será clave para saber si esta serie merece tanto hype como el que se ha generado. Aunque el mundo ya está establecido —la tiranía corporativa, la experimentación con humanos, el horror inminente—, aún no está claro si este enfoque centrado en ideas y personajes será capaz de sostener el suspenso y la atención del público durante toda la temporada. Hay una sensación genuina de curiosidad, pero también de suspicacia: ¿será esta mezcla de horror, filosofía y sci-fi distópica suficiente para convertir Alien: Earth en algo más que una interesante ocurrencia dentro de la franquicia?

[…] donde debería ser más sencilla su labor: «penetrarnos» con sus premisas. Vamos, que ni Shimoneta es tan […]