Blade Runner: Black Lotus (Serie de TV, 2021): las ovejas robóticas también tienen insomnios electrónicos

Crunchyroll nos trae esta curiosa serie animada en CGI, la cual no levanta mucho polvo pero resulta que termina siendo algo que bien vale la pena ver. Empecemos diciendo que en función a las dos películas de Blade Runner, esta serie es un spin-off colocado en el universo pero para nada conectada con las películas. Osea que si sabes la premisa básica de este universo: que la sociedad humana está en decadencia y que la creación de androides que son difícil de distinguir de un humano, dotados de una avanzada inteligencia artificial, ha llevado a la humanidad a replantearse que cosa es un ser humano y a destruir a todos estos “replicantes”; puedes ver esta serie sin ningún problema de comprensión. Y es que la series es bastante sencillita y cumplidora, sin preocuparse ni tener ínfulas, su más importante interés es entretener y lo consigue con solvencia. Al igual que las películas, Black Lotus se basa en una adaptación parcial de la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick y es dirigida por Shinji Aramaki y Kenji Kamiyama, y se ubica 10 años después de los sucesos del cortometraje de anime “Blade Runner Black Out 2022” y tiempo antes de los sucesos en el cortometraje “2048: Nowhere to Run” y la película “Blade Runner 2049”. Una cosa curiosa que me terminó encantando de esta serie es que como es obvio, no tiene un gran presupuesto de animación pero de manera intencionada o no, esto se ha solucionado dándole cierta estética de cinemática de videojuego. La cinemática son esas partes de video que uno ve mientras juega. Tan es así que hay momentos en que por un breve segundo la pantalla está quieta y uno siente la necesidad de tener un mando en la mano y hacer que el personaje camine. Como dije, no se si fue intencional pero termina funcionando muy bien a la hora de ver la serie.

Es el año 2032. En la decadente ciudad de Los Ángeles. Oscura, sombría, tugurizada… si no tienes el dinero, es un infierno sin piedad. A esa ciudad llega una jovencita que ha perdido la memoria y que no sabe que está pasando a su alrededor. Lo poco que recuerda no le sirve de mucho y lo poco que tiene consigo es un tatuaje de un loto negro en la espalda y un dispositivo que graba video. Y también descubre que tiene habilidades de pelea letales, cosa que en una ciudad como esa resulta ser muy útil. Y recuerda su nombre: Ellie. Poco a poco ella empieza a armar un tétrico rompecabezas y busca ayuda que la ayuden con eso, hasta que se convence que ha vivido una experiencia realmente traumática en la que sus amigos fueron asesinados y que la cosa que ella quiere ahora es simplemente vengarse de aquellos que la hicieron sufrir, matándolos para que no le hagan lo mismo a nadie más. Esta firme convicción hará que muy pronto un camino de sangre se marque entre ella y su objetivo final. Pero las cosas no van a ser simples (nunca lo son), porque en el gran esquema Ellie es en realidad solo un peón y todo lo que la rodea podría no ser lo que cree que es, o estar utilizándola para sus propios intereses, mientras ella avanza destruyendo todo a su paso.