Chihayafuru (serie de TV, 2011): cartas robadas y corazones apasionados (y es deporte)

Lo primero que hay que decir de este anime es tratar de explicar aunque sea un poco como se juega al karuta o hyakunin isshu. Este juego es básicamente un juego de memoria en el que se tienen que memorizar 100 poemas, los cuales están compuestos por tres frases. Cada uno de estos poemas son de complejidad variada y recordemos que no hay una relación visual directa en el cómo se escribe algo y cómo se lee en japonés, que no sea la memorización estricta del significado de los kanjis que componen un texto. Ambos jugadores se arrodillan frente a frente en el piso y con algunos poemas al azar puestos boca arriba frente a ellos se preparan a jugar. La idea es muy simple, debes ganar 10 cartas a tu contrincante y puedes castigarlo colocando cartas en su lado o reordenando las tuyas de tal manera que confundas la memorización que él haya hecho de tus cartas. ¿Y cómo se selecciona las cartas? pues un lector calificado saca de una urna una copia de las cartas y las lee, y los jugadores al escuchar la lectura deben identificar la carta y robarla del piso. Lanzarla, de hecho, es una palabra más adecuada. Lo segundo que hay que decir de “Corazones Apasionados” (chihayafuru) es que hay que ser condenadamente japonés para admirar la complejidad y maravilla que es este juego, del cual no creo haber visto jamás algo parecido en alguna parte. Y para cerrar hay que decir que por extraño que nos parezca y por incomprensible que a veces nos parezcan las reglas del juego, tanto el juego como la historia que nos cuenta este anime basado en un manga de Yuki Suetsugu, y con dos temporadas emitidas, es una de esas historias que te atrapan y te sientan en una para poder verte todos los episodios. Tiene una narrativa vibrante, que te invita a disfrutar, que te emociona aun cuando no entiendes del todo lo que está pasando, con una larga lista de personajes bien construidos y funcionales. Es un manga deportivo con ribetes románticos en el que lo romántico se usa con cuenta gotas para no saturar ni distraer, lo cual se agradece, y que te deja siempre con ganas de ver más, solo un poco más de estos intensos duelos de cartas arrodillados, en lo que podría parecernos a primera vista aburrido y monotemático pero termina siendo más divertido, intenso y dramático que un partido de Los Supercampeones. Por cierto, los campeonatos de karuta, se pasan por TV o streaming a nivel regional, y claro que hay un gran campeonato nacional.

Esta es la historia de tres amigos, Chihaya, Mashima y Arata, que cuando eran niños vieron sus vidas mezcladas por un juego: la karuta. Mashima siempre ha estado enamorado de Chihaya y está dispuesto a seguirla donde vaya aunque no de decirle lo que siente. Chihaya buscaba algo que llenara su vida con emoción y sentido, y lo encuentra en Arata, quien le enseña a jugar karuta. Y Arata vive con el tremendo peso y responsabilidad de venir de una larga tradición de campeones de karuta, siendo que él mismo lo es pese a su corta edad. Una vez que sus vidas se cruzan todo cambiará para los tres ya que Chihaya se apasionará por la karuta, para la cual demuestra verdadero talento, al mismo tiempo que esto llevará a Mashima (quien también juega bien, pero más por práctica que por condiciones reales) a seguir a Chihaya en ese loco sueño de convertirse en la “reina” del juego, ya que quien sea el campeón de karuta japonés también lo será del mundo, ya que solo en Japón se juega ese juego, según le explica Arata.

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