Como quien no quiere la cosa me embarque una tarde fría a ver este nuevo estreno de Netflix… y al principio pensé que me habían topado con una comedia tonta de ciencia ficción, con muchos referentes frikis, así que pensé “¿por qué no? si igual no hay nada mejor que ver…” pero unos episodios después tuve que admitir que me había equivocado por completo y que no solo no era una historia simplona para reír, sino que la simplona empezaba a ponerse cada vez más y más intensa… más dramática… más oscura y con una trama que bien valdría la pena caiga en las manos de uno de esos directores de nombre grande y convertirse en una señora película de alto presupuesto. Y es que mientras esta serie va avanzando, va construyendo su mitología de manera misteriosa pero ordenada y va haciéndote calzar los elementos que te va dando para que te interese saber siempre, un poco más. Y ya es demasiado tarde cuando entra en su recta final y te das cuenta que nada está saliendo como debería estar saliendo, como pensabas que iba a salir… y que la cosa (¡mein gott!) tiene pinta de que va a acabar mal, pero muy mal… Unas líneas aparte se merece su fenomenal banda sonora, que simplemente te hace los episodios y te ponen en contexto y sentimiento en un par de acordes. Y claro, espero sinceramente que le permitan a su creador, la oportunidad de concretar las cinco temporadas que ha mencionado puesto que las preguntas que te dejan en la cabeza quedan ardiendo por un buen rato… ¡y no sería justo que acabara así! ¿Me escuchaste Netflix?
Gary Goodspeed, un chico torpe y bobalicón, se enamora a primera vista de una capitán de la Guardia Infinity de la Tierra y tratando de seducirla comete un delito y va a dar con sus huesos a una nave prisión puesta en curso fuera y lejos del planeta, por un periodo de cuatro años. Y el primer problema de Gary es que es el único tripulante de la nave, siendo que es vigilado por la IA que controla la nave, lo que ha terminado por enfatizar mucho el carácter raro que ya tenía. Hasta ahí todo estaba “bien” pese a todo, pues ya ha pasado el tiempo y Gary está a punto de cumplir su condena y volver a la Tierra, pero se cruza con un pequeño alienígena verde, a quien bautiza como Mooncake, que él no sabe que en realidad es un arma de destrucción tan poderosa que puede destruir incluso planetas. Y que trás él viene siguiéndolo un demencial ser que se hace llamar “señor comandante”, dispuesto a asesinar a cualquiera que se le ponga en su camino por capturar a Mooncake, cueste lo que cueste. Gary se encariña mucho con Mooncake y decide que no va a permitir que nadie le haga daño, sin saber que esa amistad va a originar las mayores tragedias en la Tierra y puede que en todo el universo conocido.
[…] ¿Y esto a que viene? pues es simple, como ya habíamos comentado, se ha lanzado el live-action de Sono…