No, no están viendo doble. No. Nuevamente tenemos ante nosotros la historia de una cosplayer rubia y su amigo el fotógrafo. Si, como si con Marin Kitagawa no hubiéramos tenido rollo como para lo que queda de década. Ahora, si me parece tan obvio que es solo un simple retake de una idea que funcionó ¿por qué me he puesto a verla? bueno, la verdad es que en los primeros segundos del primer episodio vemos una secuencia que claramente recrea las comiketto ponjas, con todo y local como es… y eso me llamó la atención. Así que mínimo antes de rajar de ella creo que debería ver un poco ¿no?. Conocida también como «2.5 Dimensional Seduction: Ririsa» estamos, como no, ante la adaptación de un manga que tiene la nada despreciable cantidad de 20 volúmenes recopilatorios en su haber, obra de Yu Hashimoto (si, suena a nombre de hombre). Su anime ha caído en manos de JC Staff, siempre eficiente, siempre pulido, siempre profesional. Pero acá haremos un pequeño stop en plan bunka-pop: ¿por que «2.5»? en Japón la comunidad otaku (y la verdad es que los no tan otakus también) discuten que es mejor: si una chica real (3D) o un personaje ficticio de manga o anime (2D). Y es una discusión «muy seria» que ha terminado con algunas bodas de otakus con personajes ficticios. Así que Ririsa Amano, la cosplayer protagonista de esta historia viene a ser una chica «2.5» porque es un personaje ficticio en IRL (In Real Life). Siempre me seguiré preguntando como los japoneses aun no se han extinguido de tanto rollo. Explicado ese punto que va de preocupante a divertido, continuemos la transmisión. Bueno, visto algo de este anime solo puedo decir que si les gustó las aventuras de Marin Kitagawa, pues véanla, va por ahí… pero si realmente les «gustó» Marin Kitagawa, mejor no la vean… van a renegar. Pero hagamos una acotación sería. Como decíamos este manga tiene 20 volúmenes recopilatorios, mientras que Sono Bisque Doll wa Koi o Suru, con Marin Kitagawa, solo trece… así que resulta siendo que este es el original y el otro la copia.
Okumura es un estudiante de segundo año de secundaria que es presidente y único miembro del club de manga de su escuela. Debido a traumas en su pasado con chicas, y el hecho que su madre lo abandonó… bueno… está solo como un ostión sin probabilidad de que eso vaya a cambiar pronto. O alguna vez. Como otaku, afirma que no tiene interés en las chicas reales debido a su obsesión con un personaje de ficción llamado Liliel, protagonista femenina de la obra Ashford’s Wars, debido a que ella nunca traicionaría al protagonista de su historia, idealizando que las mujeres reales nunca serían como ella. De repente, se une al club una estudiante de primer año llamada Lilysa Amano, apasionada por el cosplay. Cuando acepta ser su fotógrafo, Okumura descubre que su personaje favorito es también Liliel. Lilysa tiene como objetivo contagiarse y disfrutar de toda la emoción de vivir el arte del cosplay así que aunque es fan del manga y el anime como Okamura, ella lo vive de una manera distinta y más intensa, ya que es su propio cuerpo lo que usa para expresar su afición. Y para ello decide crear un COS-ROM (un disco con material de sus sesiones fotográficas) para preservar su trabajo. Y eso la llevó hasta el club de manga, a pedir ayuda a su único miembro. Al descubrir que ambos son fans del mismo personaje inician una relación cosplayer-fotografo y Okamura acepta ayudarla con su ROM. Pero ahí empiezan los problemas: para empezar Okamura tiene ahora a una chica 2.5 frente a él y nada menos que a su amada Liliel, que como es menester no se corta un pelo en andar por ahí en calzones delante de Okamura porque no puede concebir que un fan como él la vea con ojos libidinosos. Y por el lado de Ririsa, con el paso de los días y sus aventuras y momentos juntos hace que ella sienta un especial cariño por él que no logra explicar ni adivinar que es.
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