Producir un live action es siempre una «camisa de once varas» como suele decirse. Producir un live action de un manga o anime japonés… es peor. Básicamente por que si hablamos de cómics, por ejemplo, resulta relativamente fácil encontrar a una persona que se parezca al personaje o que con un poco de maquillaje lo haga. Pero para el caso del anime y el manga eso es absolutamente imposible. Nadie tiene los ojos a un tercio del tamaño del rostro. Ni es capaz de hacer las muecas que un personaje hace. Y eso es algo que hace difícil verlos. Y eso es lo que pasa con esta serie de TV live-action de «Takagi-san, la maestra de las bromas» que se puede ver por Netflix. Tengo que decir, primero, algo que ya dije antes: a mi esta historia me encanta. Y es que me trae ciertos recuerdos de mi propia pubertad en alguno de sus elementos narrativos. No en lo de la competencia de bromas, pero si en lo del galanteo entre dos pubertos que no se animan nunca a formalizar las cosas, temiendo haber entiendo mal… o haber entendido bien. Y por ello es que me acerque con ciertas resistencia a este live-action. Resulta pues, que si lo piensas bien ni el anime ni mucho menos el manga refleja completamente la gama de gestos que tiene un japonés al hablar. O al moverse. Esa manera especial que tienen de hablar «asintiendo», por ejemplo. Entonces cuando tu historia favorita pasa a live-action te chirría un poco ver que los personajes hagan tantos gestos o se muevan de determinada manera. También hay que decir, que para el caso del anime la actuación de voz de un seiyuu, está lejos de la manera como interpreta un actor «normal». Los humanos, que duda cabe, hablamos con todo el cuerpo y eso no se ve en el anime, menos en el manga. Dicho esto hay que reconocer el buen trabajo que los actores juveniles Rui Tsukishima como Takagi y a Soya Kurokawa como Nishikata consiguen con sus personajes. Porque si, en el primer impacto la cosa como que no cuaja. Nishitaka humano tiene la cara mucho más «inocente» que su versión ficticia y la Takagi humana tiene una sonrisa hermosa, que su versión ficticia rara vez deja ver, pues ella… que me aspen si encuentro mejor manera de decirlo… se ríe con la mirada.
Pero son ellos… poco a poco los actores se van acomodando y uno aprende a descartar el exceso de información visual y poco a poco, también, te acostumbras y ves a los personajes reflejados en ellos. Y ahí viene la cuestión, que el live-action vence completamente al manga y el anime: en su «tridimensionalidad». Estos dos chicos fotografían muy bien juntos. Y la cadena de gestos y movimientos, de posturas, que utilizan demuestran que con el tiempo podrán convertirse en dos excelentes actores. Además que la ambientación general de la serie, la selección de escenarios, la dirección de cámaras e incluso la dirección de sonido está muy bien cuidada. Y aquí viene una diferencia clara del live action: aquí Takagi es un poco más directa, más clara con sus sentimientos y con él, y casi rompiendo la cuarta pared, confiesa todo el tiempo qué su broma estaba destinada a decirle a Nishikata que le gusta y no era broma. Mientras que Nishitaka, como decía luce un poco más inocentón y aniñado, creando esta sensación de que Takagi es mucha más madura que él, todo el tiempo. También podríamos decir que ella es un gato y el un ratón cuyo destino ya está trazado.
Nishitaka, un jovencito algo atlético, algo torpe, algo crédulo y con la sensibilidad de una piedra de río y la perspicacia ante las indirectas que tendría cualquier árbol promedio, se sienta en la carpeta de al lado de una simpática jovencita apedillada Takagi. No pasa mucho tiempo para que ambos se hagan amigos y que Nishikata se vuelva el blanco de las bromas de la inteligente, alegre, despierta, resuelta… ¿mencioné inteligente? Takagi, para la cual las cosas ya están claras y por lo que se va a sentar a esperar tranquilamente que Nishikata se de cuenta de lo que ella siente por él y descubra si él siente lo mismo. Por su parte Nishikata tiene a Takagi todo el tiempo en mente… pero lamentablemente no de la forma que a ella le gustaría. No. Lo que él quiere es vencerla en una serie de «retos» de todo tipo tratando de recuperar algo de su dignidad perdida, pero en ese sentido mientras Nishitaka va de ida, Takagi ya fue y regresó como tres veces. Pero a la muchacha realmente le gusta Nishitaka así que se arma de paciencia mientras disfruta del tiempo que pasan juntos mientras le hace bromas, lo lee como si fuera un libro abierto y espera PACIENTEMENTE. Takagi, mejor siéntate, esto va a tomar un rato.
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Me gustó mucho la forma en la es descrito a los personajes y en general el live action de esta serie, debo decir que comparto contigo casi en todo y me gustaría saber si es que se tiene la información si este live action tendrá segunda temporada ya que me ha quedado un hueco en el corazón por conocer el desenlace de esta historia!
¡Gracias por tu comentario! como decía en el texto le tengo un especial cariño a esta historia por lo que me recuerda de mi propia historia. Ahora, tengo buenas y malas noticias para ti, las cuales te vas a enterar in extensis leyendo este link de acá: https://elblogdeshigure.com/karakai-jozu-no-takagi-san-pelicula-live-action-2024-una-decada-de-ausencia/ ¡Gracias por visitar el blog perruno!