La isla de Tashiro (Tashiro-jima, jima es la palabra japonesa para isla, que se agrega añl nombre del lugar, por lo que lo correcto sería decir que la isla se llama Tashiro), conocida también por el obvio nombre de Isla de los Gatos, es parte de ese extenso archipiélago que en conjunto llamamos Japón, más específicamente cerca de la ciudad de Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi. En el pasado esta ciudad se dedicaba principalmente a la cría del gusano de seda, los cuales solían ser devorados por los ratones quienes tenían predilección por las crisálidas de los gusanos. Para luchar contra la plaga la idea más obvia fue llenar la isla de gatos, lo cual funcionó por muchos años. Pero entrado el periodo Edo la isla cambió su medio de subsistencia por el de la pesca. La isla próspero y los gatos con ella, pues se los alimentaba con las sobras que traía la flota de pesca y los pescadores notaron que los animales eran muy sensibles a los cambios climáticos, especialmente a la llegada de tormentas. Sin embargo, con el cambio de los tiempos y la guerra que arrasó con la población japonesa (que fue destacada masivamente al frente de batalla), Tashiro es ahora una de las muchas localidades que se encuentran en franca decadencia pues su población no se está renovando; de hecho se calcula que actualmente hay más gatos que humanos en la isla, y estos humanos son principalmente ancianos. Aunque no lo crean esto es un problema tan grave que podría terminar muy pronto con Tashiro convertida en una isla fantasma y sin habitantes. ¿Por qué? pues se calcula que ahora hay más de 100 gatos en la isla… y si hay más gatos que humanos allí, ya se van imaginando exactamente cual es la situación. Para tratar de evitar eso se han creado diferentes iniciativas cuya intención es precisamente presentar la isla al mundo y fomentar su preservación y repoblamiento. Osea que te puedes ir a vivir allá si deseas y tienes los papeles en regla. Y sobretodo, si te adaptas correctamente al estilo de vida de los lugareños (gatos o humanos).
Hay quienes dicen que los gatos de la isla forman dos bandos muy claramente diferenciados, los llaman “gatos de mar” y “gatos de tierra” y la diferencia clara es que los “de mar” viven en el puerto y no se alejan de él nunca, es decir, que no le tienen miedo al agua o a mojarse y se alimentan de lo que descartan los pescadores (temprano en la mañana), mientras que los “de tierra” viven en la ciudad propiamente dicha y se alimentan con la ayuda de los lugareños. Porque debe quedar clara una cosa: no ha todos los habitantes de Tashiro les gustan los gatos, pero todos consideran que su presencia en la isla es importante y por ello la prohibición de perros en Tashiro, implantada desde los tiempos de los gusanos de seda, sigue siendo llevada rigurosamente. En la isla se ha erigido diez santuarios dedicados a los gatos, el principal de los cuales se encuentra en el propio centro de la isla y fue construido para honrar a un gato que murió accidentalmente cuando unos pescadores amarraban piedras a sus redes y una de ellas le cayó en la cabeza. Los afligidos pescadores le dieron un entierro digno y en torno a ese lugar se erigió el primer templo. Entre los diez templos se cuenta 51 estatuas de piedra de gatos. Otra curiosidad de la isla es que fue uno de los lugares favoritos del mangaka clásico Ishinomori Shotarou, creador de muchos mangas de entre los cuales destaca Cyborg 009. Y ya que hablamos de curiosidades hay que decir que en la actualidad los gatos se promocionan como un atractivo turístico, lo cual funciona muy bien pues los japoneses sienten una clara predilección por los gatos por lo cual la isla es económicamente estable por la gran cantidad de turistas que la visitan, sin embargo el problema de la población persiste. Buena parte del boom actual de turismo que tiene la isla se debe a un especial para TV que la cadena Fuji TV filmó en Tashiro, llamado Nyanko, en el cual presentaron a Jack, un gato tuxedo quien se volvió muy popular. Y gracias al cual la isla comenzó con su boom turístico. Su característica física principal es que tiene una oreja caída, lo cual llamó mucha la atención a los japoneses, que de por si ya le prestan mucha atención a los gatos. Jack es un «moggy», que es una forma de decir que es un gato de raza mezclada, un «techero», un «chusco», lo cual no impidió que en su momento se convirtiera en toda una «rock star», llegando incluso a participar en portadas de revistas y tener su propio libro de fotografías.
Para llegar a Tashirojima hay que subir a un ferry en Ishinomaki. El viaje durará entre 45 y 60 minutos y cuesta 1250 yenes (unos 8 dólares). Cada día, estos barcos hacen el recorrido de ida y vuelta solo 3 o 4 veces, por lo que si estás de visita por la zona, debes planificarlo con antelación para evitar quedarte en tierra. Puesto que se trata de un pequeño pueblo en una zona rural, las atracciones e instalaciones son muy limitadas para quienes llegan a pasar un rato. Sus habitantes no pretenden cambiar su modo de vida dedicada a la pesca y la agricultura (y a sus gatos), con el fin de proteger todo ello en su conjunto, aunque es bienvenido todo aquel que vaya con su propia comida y bebida (y si incluyen comida para los gatos mejor) y no ensucie ni dañe el entorno. Además, se pide a los visitantes que se lleven toda su basura de vuelta. Y como dijimos, los turistas no pueden desembarcar si llevan un perro con ellos.
(PD.- Y de está manera, con la vuelta del blog, vuelven los posteos sabatinos gatunos…. er… dentro de lo posible… y ya luego también contaré la historia, que en este momento nadie cree, de como un grupo de peruanos fans de los gatos, creamos el Día Internacional del Gato, que en estos tiempos se celebra regularmente desde hace unos diez años y se afirma que creó Chelsea Clinton, la hija de Bill Clinton… pero eso es historia para otro día…)
[…] ¿Y esto a que viene? pues es simple, como ya habíamos comentado, se ha lanzado el live-action de Sono…