Las reglas del blogueo…

Mientras voy desarrollando el blog de nuevo, re aprendiendo de nuevo todo lo relacionado a como se monta este chiringuito, iré poniendo algunas apreciaciones personales de este proceso. Que no son noticia, ni siquiera interesantes tal vez. pero me sirven para ir haciendo bulto hasta que el blog esté listo para comenzar sus andadas. Lo primero que hay que decir de tener un blog, cuando estos estaban de moda, es que es una cuestión de disciplina. Deben ser miles de miles los que se lanzaron a la aventura creyendo que era una cosa sencilla y que la fama (y la monetización) los esperaban a la vuelta de la esquina. Créanme, ninguna de las dos está ahí. De hecho no hay nada. Todo se trata más bien de ir en pos de encontrar lo que sea que se esté buscando. Escribes…. yo escribo… porque me gusta escribir. Porque me gusta retorcer la realidad a punta de palabras. Porque me gusta hilvanar ideas. Y desde ya pido disculpas por las faltas de ortografía. A veces escribo más despacio de lo que pienso y los dedos no pueden seguir el ritmo. Y luego yo no re leo lo que escribo y por ahí me salen sobrando palabras o me faltan tildes. Comencemos entonces por eso: yo escribo y si les place ustedes leen. Yo no tengo la razón necesariamente pero tengo una opinión. Pueden debatir conmigo (me encanta responder comentarios y discutir) pero no pueden tratar de obligarme a pensar de determinadas maneras solo porque así son las cosas ahora. Y encima tengo los comentarios moderados porque me da flojera discutir con idiotas. Pero si tu argumento es válido, créeme, me vas a tener respondiendo.

Pero también créeme que procuraré que el blog sea un espacio libre de conflictos, wokismo, batallas culturales y demás rollos que pueblan el internet por estos tiempos. ME DA DOLOR DE CABEZA VER EN QUE SE CONVIRTIÓ LA HUMANIDAD. Es el momento más alto de nuestro conocimiento y categoria, y mucha gente cree que la Tierra s plana y que un gobierno profundo nos ha engañado. Al final, parafraseando al genial Alan Moore: no me preocupa ni me asusta la idea de que nos estén gobernando contra nuestra voluntad, me preocupa la certeza de que el planeta va a la deriva y nadie tiene el timón en sus manos y que todo va saliendo un poco a lo que va saliendo. «Covid» le pusimos de nombre.

Y me fuí por las ramas…

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