Manual del Perfecto Deportado (libro, 1974): porque pasa el tiempo y los peruanos somos los mismos

Todos tenemos libros, películas, canciones a las que volvemos siempre. Porque son importantes, por que representan algo para nosotros. O por que somos como somos porque existieron. Existen. Y este libro es un clásico de mi pubertad. Por que un puberto de unos doce años leería un libro así (y buscaría leer los demás libros de este autor casi con desesperación) da para un post completo a parte. Para otro día, lo prometo. Para empezar este libraco me valió para tener interesantísimas conversaciones con mi viejo para que me explicara algunos términos oscuros que tenía el libro, como deportado, libertad o democracia. Es curioso que el siempre elocuente, orador, simpático y conversador papá Souma se quedará sin nada que decir cuando aparecí con esos temas, y luego se preguntó como le hice para llegar este libro (que obviamente era de él). Yo venía de empujarme con voracidad las colecciones completas de Mafalda (los niños de mi generación leíamos Mafalda, como primer gran paso para empezar a madurar) que tenía mi abuelo Souma, mi inolvidable abuelo, así que ya tenía una mente dispuesta a seguir aprendiendo más de la mala palabra que comienza con «P». Si, política (como diría Mafalda). Así que fue algo muy provechoso entrarle al rollo de la peruanidad con p de política de la mano de Sofocleto, que era el seudónimo con que firmaba sus libros Luis Felipe Angell, periodista, escritor, político, humorista y conspicuo deportado de los años setenta. Que refrescante ha sido releer este libro (más de 15 veces creo yo) y descubrir una vez más que aunque las cosas que pasan son distintas, las razones por las que pasan son las mismas. Este libro trata, e intenta, ser lo que su título dice que es: un manual para todos aquellos que allá en los lejanos años de las dictaduras militares podían salir a ritmo de tondero del país, solo porque algo que dijo no le supo bien al que podía dar la orden de ponerlo en un avión con rumbo desconocido y solo con el pijama puesto, recurriendo a ese fantástico e increíble método que tenía el gobierno para acabar con la oposición en ese entonces: deportarlo, que en la práctica era eso, subirlo a un avión a un barco a punto de partir (lo que sea) y que se las arregle solo donde llegue. Pero en el fondo este libro también trata acerca de esas democracias latinoamericanas tan extravagantes que hemos tenido, y de esas dictaduras tan contundentes que nos han metido en líos (suelen ir una tras la otra) y de como el poder, por irónico que suene, lo tiene el que se lo gana y no el que lo posee. Risas aseguradas… hasta que te das cuenta que quizá, solo quizá, esto no es tan gracioso como él lo pinta, que lo pinta así porque a él le pasó y sobrevivió a la experiencia.

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