Kimokawaii (novela, 2015): feo pero sabroso

Desde que se publicó esta novela he querido tener la oportunidad de leerla. Y como suele ser en estos casos, he tenido la oportunidad de leerla cuando ya no esperaba que llegara a mi vida. Y es que no solo se trata de una novela que en cierta forma refleja lo “otaku” allá en los ahora lejanos 90s, sino que parte de su creación se basa en conversaciones que tuvo IAQ, director general de lo que hoy se conoce como Proyecto SUGOI, con su autor, el periodista Pedro Planas, que de alguna forma sirvieron de base para la creación de parte del mundo en que se desarrolla este relato. Se equivoca quien llegue a esta novela creyendo que es un relato de como fue la movida en el Perú, lamento decepcionarlos, pues aunque no es lo que se podría esperar de ella tampoco no deja de ser un relato muy entretenido; una historia de amor retorcida entre dos seres completamente opuestos desde muchos ángulos, la cual ha sido vestida con los cánones, y vicios, del mundo del anime y manga, y la cultura pop japonesa, terminando el marco algunos sucesos claves de esa alocada e inolvidable década. Como dije, es un buen relato y un buen artilugio literario, al que no puedo evitar ver desde mi muy personal mirada de editor gráfico. Lo cual incluye el deseo innato de ponerme a revisar las referencias al mundo otaku de todo el libro y saber que al menos de una estoy completamente seguro que es un error. Pero va; el esfuerzo de entender e interpretar todo lo relacionado a este mundillo que allá por los noventas era cosa rara y hoy es de lo más normal, bien vale el decir que es un trabajo bien hecho para una persona como Planas, que directamente no pertenece al mundillo otaku más en lo que la «cultura pop» lo haya salpicado (en español: que sabe quién es Gokú, porque todos sabemos quién es Gokú porque alguna vez lo vimos en la tele). No pasará a la historia de las grandes letras peruanas, me imagino, pero no por eso es una mala novela. Así que si les gustan las historias de amor retorcidas, comenzaron con esto de lo otaku cuando jóvenes allá en los noventas y son por añadidura de males, peruanos, sin duda esta es una novela de rápida digestión que los dejará con ganas de “solo un poco más”. Por cierto… kimokawaii… modulando y todo… si se podría traducir como «feo pero sabroso». En serio.

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