Conocida en su lanzamiento internacional como “To Your Eternity” (Para tu eternidad) estamos ante el siguiente trabajo de la mangaka Yoshitoki Ōima, quien recibió el reconocimiento mundial por la versión animada para cine de su manga Koe no Katachi (Una Voz Silenciosa) y que vuelve con mucha fuerza con esta historia que francamente, advertidos quedan, no hará otra cosa que partirles el corazón episodio por episodio. Y es que con “fumetsu” la idea de “no te encariñes con ningún personaje” ha sido llevada al extremo, casi digamos hasta la crueldad, pero siempre como parte funcional de su historia y no como un recurso fácil para generar interés y compromiso emocional con la historia. Aquí cuando ya piensas que te han hecho todas las trastadas que se podían con la identificación natural con los personajes de la trama, resulta que hay alguna nueva manera de hacerte pasar un mal rato. Te la pasas cruzando los dedos para que no se muera alguien más. Con 40 episodios de anime y 23 volúmenes de manga (en publicación) esta historia tiene sin duda para rato entre nosotros. Va entonces directo y arriba a la lista de recomendaciones sin ninguna duda. Especialmente para todos aquellos que tienen un gustirrín por esto del masoquismo.
En un principio existió un orbe sin conciencia que fue puesto en la tierra por una entidad. El orbe es inmortal y no tiene la capacidad de pensar, y solo de cierta manera podemos decir que está vivo y consciente. Permaneció ahí durante mucho tiempo hasta que el contacto con su entorno eventualmente le permitió copiar formas más complejas y evolucionar. Y con la complejidad vino la comprensión y la capacidad de reconocerse a si mismo como un ser, al mismo tiempo de la falta de comprensión de todo lo demás. De todo lo que lo rodea. De la vida, el dolor, la pena, el hambre, las emociones, afectos, sentimientos. De la muerte. Y en especial la comprensión de si mismo y su razón de ser. Así comienza la historia del orbe ya con forma humana bautizado como Fushi (“Inmo” en la versión oficial en español, por INMOrtal) quien mientras más vive más aprende y más se relaciona con personas, y no solo acumula conocimientos y experiencia, sino también dolor, mientras que espera el momento en que deba usar todo lo que está aprendiendo para cumplir el destino, y razón, por la cual fue puesto en la tierra. Y cuando decimos que aprende es que literalmente INMO puede, ha copiado, las habilidades y emociones, también apariencia de las cosas y personas con las que se relacionó pudiendo «transformarse» en ellas de ser necesario, mientras que su misión empieza a mostrarse lentamente: tras él hay unos seres hambrientos de precisamente esas memorias y capacidades copiadas. Hambrientos por devorarlo. Y junto a él la entidad que lo creo, y que solo puede ver él cuando aparece, solo se limita a ser un testigo de la batalla y aportar algunas reflexiones.
[…] y como prometí, primero vimos el mediometraje y ahora hablemos del manga que le dio origen, que en este…