
Mashiro no Oto, también conocido como Those Snow White Notes, es un anime de 2021 basado en el manga homónimo escrito e ilustrado por Marimo Ragawa. El manga comenzó su publicación en 2010 en la revista Monthly Shōnen Magazine de Kodansha y concluyó en 2022 con un total de 31 volúmenes recopilatorios. El título japonés puede traducirse como “El sonido puro”, mientras que el nombre alternativo en inglés, Those Snow White Notes, significa “Esas notas tan blancas como la nieve”. Ambos títulos reflejan la sensibilidad y la estética sonora que caracteriza a la serie, ya que el anime gira en torno a la música tradicional japonesa. La adaptación animada fue producida por el estudio Shin-Ei Animation y consta de 12 episodios. Su director fue Hiroaki Akagi, conocido también por su trabajo en Karakai Jouzu no Takagi-san, donde también exploró con sutileza las emociones adolescentes y los silencios significativos. Y creo que la cosa más maravillosa que tiene esta historia es como se puede plasmar en un manga «el sonido». Mientras que en el anime los ejecutantes que se prestaron para ello, son de verdad de lo más pro que se puede escuchar. La verdad e que desde siempre he amado el muy particular tañido que tiene el shamisen y sus tres cuerda, y como puede adaptarse con facilidad a todos los estilos musicales. Este es un anime que recomiendo mucho y que en la versión muerta del blog comenté en su momento pero ahora he querido traerla de vuelta, porque esta es una de esas series que no tienen la cobertura e interés que realmente se merecen. Una joya oculta si lo quieren.

Un elemento central de Mashiro no Oto es el shamisen, un instrumento musical tradicional japonés que tiene tres cuerdas y una caja de resonancia recubierta de piel, originalmente usada en la música popular y teatral japonesa desde el siglo XVI. Tradicionalmente tocado con un bachi (una especie de gran púa o uña de madera o marfil), el shamisen fue inicialmente popular entre artistas callejeros y luego adoptado por las cortes imperiales y el teatro kabuki. Su sonido, a la vez penetrante y melancólico, es fundamental en el desarrollo narrativo del anime. La música de shamisen que se escucha en la serie fue interpretada por los hermanos Yoshida (Yoshida Brothers), dos músicos contemporáneos ampliamente reconocidos por revitalizar el instrumento y combinarlo con estilos modernos. Su participación le otorga autenticidad y un tono emocional muy particular a la serie. Así, Mashiro no Oto no solo ofrece una historia de crecimiento personal, sino también una ventana vibrante a la cultura musical tradicional japonesa, donde cada nota cargada de emoción busca conectar el pasado con el presente.

La historia sigue a Setsu Sawamura, un joven que queda devastado tras la muerte de su abuelo, un maestro del shamisen que le enseñó desde niño. Incapaz de sobrellevar la pérdida, Setsu deja su pueblo y se traslada a Tokio en busca de un nuevo rumbo. Su objetivo, aunque difuso, se va clarificando a lo largo de la serie: desea encontrar su “propio sonido”, un estilo único que no sea simplemente una imitación del de su abuelo. La idea de “hallar su voz” es una metáfora poderosa que atraviesa toda la historia, vinculando la música con la identidad personal. A lo largo de su viaje, Setsu se enfrenta a sus inseguridades, conoce a otros músicos, y poco a poco comienza a entender que el sonido que busca no está en replicar el pasado, sino en aceptar su presente y expresar su propia emoción a través del shamisen. La conexión emocional con su abuelo sigue siendo una guía invisible, un lazo sonoro que lo impulsa a crecer no solo como intérprete, sino también como individuo. Pero Setsu aspira a sonar como el mismo, aun si eso significa dejar de sonar como su amado abuelo.

Todo eso que comentas fueron de mis primeros encontronazos que tuve con los dilemas morales clásicos. En especial con la…