Dandadan (series de TV, 2024): se vienen cositas

Esta serie es en sencillo, un despelote. En ella siempre están pasando cosas y levantando la valla de lo estridente, rocambolesca, emocionare y excéntrica que es. Es un no parar. Basado en el manga escrita e ilustrada por Yukinobu Tatsu en la no menos importante que su versión impresa, app y web Shōnen Jump+ de Shūeisha. Y todo condimentado por una animación eficiente de la mano de Science Saru, de quien pudimos ver la extraordinaria Eizouken ni wa Te o Dasu na!, Devilman Crybaby, Scott Pilgrim entre otras. Su ritmo es por momento frenéticos y muchas cosas pasan por la magia del guion, pero que importa pues de lo que va la cosa al final, siempre es así, es que uno se divierta y no andar haciéndonos preguntas quisquillosas. En cierta medida esta serie me recuerda en animación, ritmo y narrativa a FLCL, esa fumada épica que se soltaron los de GAINAX, pero con la diferencia que en FLCL solo los que estaban en la pantalla sabían con certeza lo que estaba pasando, esta vez queda claro desde el principio que está pasando, solo que probablemente necesites terminar de ver el episodio para preguntarte «¿qué paso aquí?». ¿Pero me gustó? pues si, bastante, aunque no es exactamente mi tipo de historia favorita y pienso seguir viéndola a menos que se desinfle como lamentablemente me pasó con el anime de la taruka japonesa, que es algo que le suele pasar a animes con esta propuesta, así que tras solo dos episodios emitidos puedo decir que la recomiendo pero con salvedades. Y si no te gusta el caos y la entropía, mejor ni te le acerques. Nota al margen: tiene la canción de apertura más horrorosa que me ha tocado escuchar desde que veo anime. No la juzguen por eso, solo denle al forward al opening.

Momo Ayase es una chica de secundaria que cree en los fantasmas, pero no en los extraterrestres, mientras que su compañero de clase «Okarun» cree en los extraterrestres pero no en los fantasmas. Ella es la típica chica bonita que destaca pese a tener una personalidad un tanto «tomboy» (y en el fondo es una buena persona) y él es el típico tímido otaku de lo sobrenatural. Por una decisión impulsiva de Momo, ambos adolescentes terminan relacionándose y descubriendo que aunque son como agua y aceite pues resulta que tienen buena química. Así que estos «amigos recién estrenados» apuestan para convencer al otro acerca de su particular creencia (de la cual el otro se burla). De esta manera Momo recibe instrucciones para poder ver un ovni, mientras «Okarun» (hay una razón especial para que tenga que usar el apodo que le pone Momo, pero eso averiguenlo viendo el episodio) hace lo propio para toparse con un fantasma. Y esos dos no tienen ni idea del problema que van a desatar por esa apuesta. Cuando los dos llegan a sus respectivos lugares, resulta que ninguno de ellos estaba equivocado y que tanto los extraterrestres como los fantasmas existen. Pero eso no es el problema, el problema recién va a empezar.

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