Este es uno de esos extraordinarios caso en el que la traducción y posterior modulación de un elemento de un anime, en este caso la serie «Tragones y Mazmorrar», resulta ser simplemente perfecta. La traducción correcta viene siendo «Delicias en la Mazmorra», título correcto pero algo aburridón. Pero a la hora de comenzar el doblaje y subtitulado algún alma inspirada se puso a pensar en nuestro entorno, en las cosas que vimos, en nuestra cultura pop y diana con su idea, que nos hace recordar en primera a la muy popular serie «Calabozos y Dragones» y luego su sonoridad, en todo los elementos de las historias de mundos fantásticos y mágicos. Por que lógicamente eso es lo que tenemos aquí en esta adaptación del manga de Ryōko Kui. Y que se distribuyó a través de la plataforma de streaming Netflix. Bueno, esta vez hay que decir primeo el lado que no me ha parecido muy bueno: las recetas. Si, ya se, no existen esas recetas por que no hay donde encontrar un basilisco para la sopa. Y ese es el principal problema. Que las recetas se estiran un poco más de lo debido al mismo tiempo que no mencionan, ni explican de donde salieron, todo lo que estas lleva. ¿Por qué animes como «Food Wars» (Shokugeki no souma) tienen tanto éxito? básicamente porque el proceso de preparación se nos hace muy probable y la mención de cada ingrediente y su «sabor» y como este apoya y cambia durante el cocinado, hace que el cerebro arme una imagen mental de a que va a saber dicho platillo. La cosa te produce apetito, porque sabes como saben esos ingredientes y te imaginas como sabrían juntos como te los están presentando. Y eso no pasa en Tragones y Mazmorras. Se me hace imposible saber a que sabe una mandrágora, pero me parece divertido que un bicho que tiene tan mala fama, sea usada como papa sancochada como acompañamiento de un guiso. Pero hasta ahí. Fuera de este detalle la historia es plana pero interesante, como interesante son sus personajes, en especial Senshi, el lóquísimo enano cocinero. Entonces… ¿vale la pena verla? si que lo cale, como uno de esos animes que ves mientras te pones el pijama (recuerden que en Netflix hay un track en español, para los que no son tan «puristas») y re puedes pasar un rato tranquilo, con tu cena en frente (que esperamos no contenga trozo de dragón marinado) y echarte unas risas que te dejen relajado y satisfecho de la panza antes de irte a dormir.
Como decía la trama no es la gran cosa pero funciona. Como funciona la ida de que en todos estos mundos mágicos y de fantasía siempre hay una mazmorra, la cual tienen niveles y en la que entran los héro4es en busca de gloria y fortuna. Es inevitable. Siempre va a parecer. Pues bien en este caso a una de esas mazmorras entran nuestras héroes con la única cosa realmente original que tiene este anime: que uno podría alimentarse de los monstruos dentro de las mazmorra, a falta de dinero para comida normal. El grupo formado por el guerrero Laios, La elfa maga Marcille, el ladrón Chilchuck y la humana hechicera Falin, hermana de Laios. junto a algunos más que literalmente terminan siendo de relleno (de dragón). Todo iba bien mientras bajaban a los pisos inferiores en donde se supone que están los mejores tesoros, pero también los monstruos más fuertes. hasta que se topan en medio del camino con un enorme dragón rojo que acaba con el grupo. En ese instante el dragón devora a Falin quien en sus últimos momentos antes de ser tragada, consigue lanzar un hechizo que los saca a todos de la mazmorra. Una vez fuera, Laios está decidido en volver cuanto antes a rescatara a su hermana. Él presencio como su hermana fue tragada íntegramente y sabe que los dragones tienen una digestión muy lenta mientras duermen durante meses. Así que las probabilidades de que Falin siga viva existen pero solo si van en su búsqueda cuanto antes, matan al dragón y sacan a la chica. Pero hay un problema muy grande: armas y alimentos. Pueden continuar con sus armas actuales que no son muy poderosas pero al menos están ahí; pero no pueden andar por la mazmorra sin alimento. Así que Laios decide optar por lo obvio: habrá que alimentarse de lo que la mazmorra provea. Es decir comer monstruos, a lo que Marcille se niega en redondo. Para demostrar que la cosa no puede ser tan mala Laios intenta un guiso en plena plaza del pueblo cercano y en medio de la catástrofe que está organizando es interrumpido por Senshi, un enano guerrero pero que ha pasado los últimos diez años de su vida explorando la mazmorra y preparando comida con lo que encuentra ahí. Seishin en poco minutos convierte la bazofia que Laios estaba haciendo en un delicado plato gourmet que hasta la reticente Marcille admite que sabe muy bien, usando de base un hongo que camina, un escorpión gigante, algo de slime y musgo de la pared. Agradecidos por la comida el grupo decide emprender el ingreso a la mazmorra, pero cuando Senshi se entera a quien se van a enfrentar (primero hay que buscarlo, claro) les pide por favor unirse a la partida, porque ese dragón rojo es uno que el lleva mucho tiempo buscando, y con ideas en la cabeza para cocinarlo: básicamente filetes o hamburguesa.
[…] Y eso de alguna manera refresca el género, como ya vimos en la totalmente inadecuada y divertida Scouts Guide…