Hay que decir que la reimaginación de una historia clásica no es mala per se. Lo malo es cuando ésta en vez de ser un ejercicio de imaginación, creatividad y talento es solo un acto político. Como cambiarle la raza a un personaje conocido solo porque argumentas que debe haber mayor «representación» de las «minorías» y lo más fácil, en vez de crear personajes nuevos y originales, es agarrar uno muy conocido y «apropiártelo». Aquí en el blog perruno no pienso entramparme en esas discusiones porque yo lo tengo claro y me imagino que los demás también, y tan fácil como es engañar a una persona es de difícil sacarla del engaño. «Las Variaciones Grimm» va de eso: de tomar seis cuentos clásicos de los hermanos Grimm, considerados padres de lo que hoy conocemos como «cuentos de hadas» (al menos en occidente) y sin salirse de sus líneas básicas darles un ajustón que varíe el panorama y te deje con la boca abierta. Lo que conocemos como «plot twist» pero a una escala completa. Escritos por Michiko Yokote (quien también hace su versión en manga pero con dibujos de Megumi Koji) y con diseño de personajes de las afamadas CLAMP, tenemos seis cuentos clásicos de los Grimm (Cenicienta, Caperucita Roja, Hansel y Gretel, los elfos y el zapatero, Los músicos de Bremen y el flautista de Hamelin) los cuales nos presentan un nuevo acercamiento a sus historias… «nuevo», pero no necesariamente «bueno».
Todo comienza siempre con la pequeña niña Charlotte, hermana menor de Jacob y Wilhelm Grimm, que por cosas que le pasan cuestiona las historias que sus hermanos crean y en su imaginación ofrece estas nuevas historias, que «corrigen» o «interpretan» lo que sabe de ellas a través de sus hermanos. El problema es que la dulce y tierna Charlotte si que tiene una mente imaginativa y creativa y desde la muy poca información que le brinda sus hermanos crea las historias a su antojo. Y vaya que son diferentes a las versiones de ellos. Cargadas de elementos narrativos que una niña chiquita no debería tener en la cabeza, cada episodio es independiente de los otros y su única conexión es la anécdota al principio de episodio que protagoniza Charlotte y con la que se da pie al cuento, en base a alguna de sus premisas. Así lo que conocemos como los cuentos de hadas en los que las cosas siempre salen bien, se convierten en historias en las que las cosas se retuercen, causando una ominosa sensación de asfixia, tensión, o desencadenando violencia extrema. Como si al verse reflejadas en un espejo mágico, estas historias conocieran a sus gemelos malvados. Con solo ver el primer episodio, Cenicienta, entenderán mejor lo que les digo y nunca más podrán pensar de la misma manera en esa historia.
[…] Y eso de alguna manera refresca el género, como ya vimos en la totalmente inadecuada y divertida Scouts Guide…