Poyopoyo Kansatsu Nikki (serie de TV, 2012): ese gato, es mi gato (un saGATO CATurday de conveniencia gatuna)

Un amigo acaba de adoptar un gato. De hecho, para ser exactos, el gato lo ha adoptado a él. Literalmente michi, que ahora se llama Luffy, llegó hasta la puerta y antes de que mi amigo pudiera hacer algo ya estaba durmiendo en su cama. Y de eso va este anime con gato: d elo peculiar que puede ser la convivencia humano-gato. así que quiero escribir un poco de este anime que terminamos de ver, la señora Souma y yo, hace muy poco. Se trata de Poyopoyo, que es el nombre de su protagonista, un gato gordo muy gordo, tanto que parece una esfera. Basado en el manga de Ru Tatsuki, este anime ya tiene sus añitos pues es del 2012, aunque yo recién he sabido de él mientras me paseaba por el Crunchyroll. Cosa curiosa que tiene este anime, y que ya me latía cuando lo vi, es que la seiyuu quien hace los maullidos y demás ruido de Poyo es nada menos que Ikue Ohtani. Si, la misma que es la responsable de la voz de Pikachu; y su director es Akitaro Daichi, uno de los más destacados directores de anime que hay, responsable de títulos como Fruits Basket o Kodomo no Omocha… o de la segunda parte de Urayazu, ya puestos.

Como ya dijimos, la historia trata acerca de un gato naranja muy gordo, bautizado como Poyo, que es encontrado por Moe Sato, una dulce y descuidada oficinista de 22 años, que se topa con el gato en la calle una noche que regresaba pasada de tragos a su casa. Y no se le ocurre mejor idea que agarrar al gato que estaba en la calle y llevarlo a su casa. Una vez instalado ahí toda la vida de la familia Sato empieza a girar en torno de las aventuras de Poyo, quien rápidamente se convierte en el capitán de la cuadra, protector de los inocentes y amo absoluto de todo lo que hay en su vecindario. Eso incluye a Hide, el hermano menor de Moe al que le cuesta llevarse bien con Poyo; a Shigeru, el patriarca de la familia Sato, un intimidante y fuerte granjero, que en el fondo es muy tierno y por supuesto a la propia Moe. Y por supuesto, Poyo se relaciona con las demás mascotas de los vecinos, pero en especial con el gato Kurobe, un “gato smokin” que parece sentir un tórrido amor y unos torturadores celos por Poyo, pese a que ambos… son machos. Cosas que pasan, digo yo.

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