Shimoneta to Iu Gainen ga Sonzai Shinai Taikutsu na Sekai (serie de TV, 2015): ya en ese entonces el anime iba tocando fondo…

Como suele ser en estos casos, me pongo a ver Shimoneta to Iu Gainen ga Sonzai Shinai Taikutsu na Sekai, «shimoneta» para acortar (y se traduce como «Shimoneta, un mundo aburrido donde no existen las bromas de doble sentido»… ya saben… uno de esos títulos que no dejan nada a la imaginación y que luego los isekais harían muy comunes), simplemente porque sentí el hype a mi alrededor por aquellos tiempos. Vi capturas, chistes sobre chistes y algunos memes y algunos han sobrevivido hasta estos días. Y claro, me da curiosidad. Incluso un par de amigos me recomiendan darle una mirada para ver que tal. It’s a trap. Luego de un primer episodio quedo bastante turulato e inseguro acerca de lo que acabo de ver ¿será posible? así que le sigo dando a los episodios preguntándome como es que el anime, y el manga, ha llegado a bodrios como éste. Y es que esta serie es realmente mala, por un lado, y realmente idiota por el otro. Fracasa en casi todos los frentes que presenta, pero muy clamorósamente fracasa en su intento de ser atrevida, ecchi y mal hablada que es lo que supuestamente es. Es decir que no solo no le basta con tener una historia que pudo ser interesante pero se vuelve tan absurdamente irreal en sus planteamientos que ni siquiera la convención social acerca del entretenimiento es capaz de sostenerla; además que pretendiendo ser una serie en la que priman los chistes sexuales, el doble sentido, se queda recontra corta en el tema y se vuelve tremendamente patosa y discursiva todo el tiempo. Es una especie de pervertido con alma de monaguillo, lo cual es malo. Lo bueno sería lo contrario un monaguillo con alma de pervertido pero Shimoneta lo intenta (imagino que con buenas intenciones) pero jamás llega a serlo. Al final es un gran cúmulo de sketchs mal ejecutados, nada pero nada de grafismo sexual y encima todo censurado; porque como sabemos en Japón hay censura. Para hacer una vaina como esta, mejor no hacia nada. Ah…. ¿qué es una «shimoneta»? pues en corto es lo que se conoce como un «chiste colorado», humor para adultos, «una de Jaimito», broma de doble sentido, «cuento verde», y una larga lista de nombres que tienen los chistes acerca del sexo en diferentes latitudes. Shimoneta, así las llaman los japoneses aunque hay que agregar que la palabreja incluye algunas gotas de «mal gusto», es decir que contar shimonetas se considera inapropiado en Japón.

Basada en una novela ligera (como casi todo últimamente en el anime) obra de Hirotaka Akagi, nos cuenta la historia de un Japón en que las autoridades controlan el comportamiento de los ciudadanos a un nivel tal, que incluso han prohibido las bromas de doble sentido. Ya no digamos la pornografía, diferentes niveles de materiales eróticos e incluso las malas palabras. Para ello, todos los habitantes de ese idílico Japón usan un collar restrictivo, llamado Peace Maker, que transmite lo que su usuario dice, cualquier alteración física, e incluso la forma en que la mano se mueve cuando se escribe. La restricción es total y romperla se castiga con la cárcel. Tanukichi Okuma llega al primer día de su nueva escuela en donde espera olvidar su pasado y para ello se ha inscrito en la escuela de mayor moral pública, pero también pensando que en ella esta Anna Nishikinomiya, presidenta estudiantil y crush infantil del buenoide de Tanukichi. Pero nada de lo planeado por él saldrá bien tras conocer, y luego involucrarse, con la terrorista pervertida “Tundra Azul” quien suele atacar corriendo en pelotas por ahí y con una sábana encima, a la par que lanza fotocopias de páginas de mangas eróticos o con chistes de doble sentido (no, la imagen de aquí abajo no tiene nada de pervertida. Son solo dos chicas teniendo una conversación divertida con un compañero de clases en el techo del colegio… y algo de fluido viscoso y blancuzco involucrado).

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