
Un pequeño gato egipcio de aproximadamente un mes y medio de edad estaba vagando por el aeropuerto de El Cairo entre la basura en la cafetería del aeropuerto y el área de carga. Hay que buscárselas si es que uno quiere tener la panza llena. Lo de todos los días. Con eso en su mente gatuna, el pequeño felino se subió a un avión de Emirates Airlines que viajaba de El Cairo a Birmingham en Inglaterra. Así que mientras don felino buscaba que comer, el avión…. pues despegó con el gato adentro. El trecho fue de unos 4550 kilómetros y al llegar, los que bajaban el equipaje notaron la presencia del felino y llamaron a los encargados del aeropuerto. Una vez capturado, el gato (que espero que para este rato ya estuviera bien comido) la seguridad del aeropuerto lo transfirió al departamento de medicina veterinaria en Birmingham, a unas dos horas de Londres en auto, para su análisis y lo colocaron bajo observación médica y psicológica durante 14 días con buena nutrición, con el fin de garantizar que estuviera libre de enfermedades y en buen estado de salud. Ahí ya vamos ganando…. con la vida que tenía esos 14 días fueron como un spa para el gato. Por su parte la aerolínea, enterada del rollo, ofreció asumir el costo del examen médico del gato egipcio teniendo en cuenta que fue un pasajero de Emirates Airlines, proveniente de El Cairo, pero las autoridades de Birmingham insistieron en tratarlo como tratan a los gatos de Birmingham y lo nombraron: «El Cairo». Terminada la cuarentena que no debemos tomarla a broma, pues es un animal que podría traer consigo alguna plaga y crear problemas por lo que ponerlo en cuarentena es lo correcto, las autoridades de Birmingham hicieron un anuncio contando la aventura de El Cairo y buscando alguna familia que se interesara en quedarse con el gato volador. En menos de una semana la oficina se llenó de solicitudes. Se seleccionó a un buen candidato y así un gato callejero que una mañana bajó a tomar el desayuno, viajó a Europa, recibió las mejores atenciones, lo bautizaron, tomó la ciudadanía y ahora vive con una familia inglesa en Inglaterra. No hay gato sin suerte.
Ah, creo que esta en Netflix y Crunchyroll, no? es una serie bastante digerible, de la que no hay que…