Basada en el en el aclamado cortometraje animado «Scavengers», que sigue a la tripulación de un carguero espacial dañado que está varado en un planeta hermoso pero implacable; obra de Joseph Bennett y Charles Huettner para el Adult Swin en 2016, esta serie de animación promedio occidental (pero un muy bonito opening) nos trae una historia que no va a tener muchos recovecos que explorar pero que es una real pasada de vueltas en todo lo que es el diseño de la flora y fauna del planeta en el que están varados sus protagonistas. Y cuando digo que es realmente extraña, si que lo es. Quienes hayan pensado y diseñado a los extraños seres y plantas (y a veces el límite entre ambas categorías es muy difuso) si que le pusieron empeño por crear cosas que se vieran lo menos terrestres posibles. Y lo lograron con mucho éxito, tanto que aunque la historia es buena y entretiene, son las criaturas y plantas que se muestran el verdadero plato fuerte de esta animación. Consiguiendo incluso momentos aterradores en que la belleza y la letalidad de «algo» estarán compartidas en partes iguales. Pasado el tiempo fueron ellos mismos los que a lo largo de dos años producieron la serie de la mano del estudio Titmouse Inc. y Green Street Pictures con un equipo que incluía animadores internacionales trabajando de manera remota desde países como México, España, Portugal o Francia (en serio no voy a hacer ningún chiste acerca de «colombianas» aquí).
La Demeter 227 es una inmenso carguero estelar, lleno hasta el tope de todo tipo de productos, además de una avanzada tecnología que incluye cápsulas criogénicas para la tripulación. Debido a una serie de eventos (que se irán revelando a cuenta gotas en cada episodio) la nave se daña severamente y la parte despierta de la tripulación debe huir de ella rumbo al planeta que estaban orbitando, llamado Vesta. Solo algunos consiguen llegar a la superficie, y sobrevivir al entorno, y en ellos se basa la narración: Max y Úrsula, el capitán y la botánica forman una pareja que está tratando de comunicarse con la nave que dañada aun órbita en torno al planeta, seguros de que la compañía dueña de la Demeter ya la dio por perdida. También lo está intentando, muy lejos de ellos y sin saber que no son los únicos, Azi y su robot compañera del modelo Levi, quien ha empezado a tener un comportamiento extraño al entrar en contacto con la biología de la superficie, aunque Azi lo que quiere es simplemente que cualquiera que escuche su mensaje de ayuda venga a recogerla. Y finalmente esta Kamen, un científico de abordo, cuya cápsula de escape está intacta, pero atorada entre las ramas de un inmenso árbol por lo que no puede salir de ella. Con el tiempo y como resultados de sus deseos de ser rescatados, los caminos de todos convergen hacia la Demeter, que ha sido aterrizada forzosamente. Y en la cual hay personas aun en criogenia.
[…] Y eso de alguna manera refresca el género, como ya vimos en la totalmente inadecuada y divertida Scouts Guide…