Yo me preguntaba si en Netflix se podría encontrara algo que tratara acerca del sexo. Es decir, no iba a encontrar porno, pero me parecía que en general la programación de Netflix me parecía muy pacata, algo puritana de hecho. Los documentales de «Asuntos Picantes» estaban bien, pero en el fondo también son bastante pacatos. Osea, encontrabas sexo en algunas películas y poquísimas series, pero nada más. Hasta que me topé con Educación Sexual y se convirtió en exactamente lo que estaba buscando: una historia con el sexo como eje principal pero en el cual los temas sexuales sean tocados con corrección y sin puritanismos falsos. Las cosas con su nombre y en su propia medida, en esta comedia británica con un fantástico cast encabezado por Gillian Anderson y Asa Butterfield, y en donde la palabra “diversidad” lo es todo. Al principio esta serie puede hacernos creer que sabemos de que es lo que va, pero muy pronto lo que creíamos era la trama principal, pasa a un segundo plano mientras explora las interioridades de los personajes. Casi de una manera literal. Además que el episodio en que se trata el tema del aborto es uno de los mejores que he visto acerca del tema, tratado con mucho respeto y sobretodo con mucha “realidad”, es decir que en ese episodio las cosas pasan como realmente deben pasar en la vida real (no les digo más, pero ojalá puedan verlo). La buena noticia: Netflix tiene tres temporadas disponibles y ojalá haya más pronto, o al menos en la misma línea. Ah, lo olvidaba, aunque es muy recomendable, tiene algunas escenas de sexo, o diálogos, que probablemente no querrán que sus padres o hermanos menores enfrenten. O los que van a que tener que dar explicaciones, van a ser ustedes.
Otis es un adolescente que tiene muchos problemas con el sexo. Tanto así que no solo aun sigue siendo virgen y no tiene pareja (ni la capacidad de conseguir una) sino que tiene un fuerte bloqueo mental que le impide masturbarse, teniendo incluso un poco de rechazo a la idea del sexo. Y esto no sería un problema sino fuera porque la mamá de Otis es una reconocida terapista sexual, así que en casa del herrero, cuchillo de palo. Y para echarle sal al asunto, el mejor amigo de Otis es un muchacho abiertamente gay. Puestas así las cosas, los problemas comienzan cuando Maeve, una de esas “chicas malas pero inteligentes” descubre que Otis puede dar fantásticos consejos sexuales y de relaciones, por lo que lo convence de formar un “consultorio sexual” atendiendo a sus compañeros de colegio y así conseguir un poco de dinero pero sin considerar lo que Otis podría terminar sintiendo por ella. Peor aun: lo que ella podría sentir por él.
[…] Y eso de alguna manera refresca el género, como ya vimos en la totalmente inadecuada y divertida Scouts Guide…