Arte (serie de TV, 2020): renacimiento a la japonesa

Convenciones sociales. Son un truco que los humanos tenemos para muchas temas, que nos ayudan a crear cosas y saltarnos explicaciones, por ejemplo. Como cuando vemos una película griega y nadie habla griego, sino un fluido inglés o un mascado español doblado. Nadie se pregunta por qué, solo lo aceptan. O como cuando le damos una mirada a una historia X del pasado (o del futuro) y todos se comportan como se comportarían hoy en día. Ya puestos, cuando vemos una historia futurista en que diferentes especies hablan un “idioma común” que normalmente parece derivó en algún momento del inglés. Aunque hay que reconocer que en la ciencia ficción bien elaborada, suele hablarse de la existencia de un lenguaje común y de gente que habla muchas lenguas. Pero me estoy yendo por las ramas. Basada en el manga de Kei Ohkubo, tenemos a Arte, una historia ambientada en la primera centuria del siglo XVI, en Florencia, Italia, la cual es muy interesante en si misma pero tiene un pequeño problemilla con el que se tropieza todo el tiempo: todos esos florentinos se comportan como japoneses modernos, ya no hablemos con todos los gestos y clicces propios del género y del manga y el anime. ¿Puede ser eso una cosa molesta? puede, un tanto, si es que uno sabe más o menos de que iban esos tiempos, pero especialmente queda claro que está ahí cuando la serie trata precisamente de posar su lado dramático y profundo en la idea de nuestra protagonista tratando de vencer las restricciones de sus tiempos en pos de su sueño. Y lo hace a su manera kawaii… y bueno… tampoco es que esperemos que Arte sea un documental o una rigurosa clase de historia, pero creo que en algunos pasajes ya se les va de las manos. Pero la historia es atractiva en si misma, en medio de lo poco original que se puede poner el anime, así que para ir echándole un ojo a esta serie, no está nada mal.

Arte es la única hija de la noble pero decadente familia Spalletti. Su educación sin embargo ha sido cuidadosa y desde pequeña demostró talento para el arte. Con el paso de los años, Arte ha concebido el sueño de dedicarse precisamente a la pintura, lo cual es raro para una chica de su edad y abolengo, pero las cosas empeoran cuando su padre muere y la única opción de su familia, es conseguir casarla con algún comerciante influyente o noble de poca monta para salvar a su familia de la ruina. Arte se niega a sacrificar su futuro, y sabiendo que es casi imposible que sea recibida como aprendiz en cualquier taller de arte de la ciudad, abandona su casa en busca de oportunidades. Pero como es lógico pensar no es recibida en ninguna parte hasta que se topa con el maestro Leo, conocido por ser hosco y solitario, quien decide recibirla porque siente en ella la misma pasión por el arte que a él lo consume, pero para eso la pondrá a prueba constantemente para que le demuestre que lo suyo es verdadera pasión y no solo el simple capricho de una niña bonita de la alta sociedad.