Yo no he prestado, nunca, mayor atención a esas trampas mortales que son las series de anime que nos presentan a las “idols”… es decir a las cantantes de pop japonés cuyo negocio seguro que aplastaría completamente a cualquier escena musical en el mundo. Y que valgan verdades, son un negocio cruento y duro como pocos. Con contratos draconianos que no les permiten a las chicas cantantes hacer nada que no este autorizado por su disquera y que las convierten en descartables, porque cada dos por tres cambian las condenadas. Una maquinaria de generar dinero que más bien parece un extractor de jugos tamaño gigante. Hay que decir algo claramente de las idols y todo lo relacionado a ellas: independientemente de la calidad de su música, son productos diseñados para “agradar” al público masculino y generar “aspiracional” en el femenino. Y por eso suelen ser formaciones que van de dúos a… no se… hay grupos que tienen “generaciones”, por ejemplo, y forman con 20 integrantes. Y eso también es en el anime… las chicas, los personajes, las idols, son creadas para que todos podamos identificarnos con una y en el mejor/peor (mejor para ellos, peor para nosotros) de los casos producir una verdadera adicción. Osea, convertirte en un “otaku” de una idol en especial. Indispensable ver la película de Satoshi Kon, Perfect Blue, para darnos una idea de lo que estamos tratando de explicar aquí. Así que Zombie Land Saga no es la excepción, pero tiene su lado original agregándole la cuestión zombie a la ecuación… y el resultado es uno de los animes más estrafalarios que me haya tocado ver. No es malo, tampoco es “bueno”, pero asumidos sus supuestos, entretiene bastante… véanlo bajo su cuenta y riesgo (especialmente si eres un varón “demasiado” adolescente… o demasiado… er… “solitario”…).
Es el año 2008… un día cualquiera por la mañana… y la colegiala Sakura Minamoto ya está lista para ir al colegio, llena de sueños e ilusiones y sobretodo, pensando que podrá convertirse en una idol muy pronto. Todo bien hasta que sale de su casa, cruza sin fijarse y un camión la hace puré (tengo que hacer, en algún momento, un ranking con las muertes de protagonistas más rápidas del anime). Así que de una manera bastante obvia nos queda claro que la serie debería acabar ahí, porque su protagonista acaba de morirse bien muerta. Pero no… Sakura despierta en una extraña y oscura mansión, en donde es perseguida por chicas adolescentes zombies. Con mucha suerte Sakura huye y encuentra un policía, que al verla le dispara al pecho, aterrorizado. De esta manera descubre dos cosas: una, que estaba muerta y ahora está… viva… nuevamente, tras diez años; y que quien la ha resucitado es un extraño hombre, que afirma ser un productor musical, que además le dice que la necesita para fundar un grupo de idols con quienes salvar a la ciudad… supongo que cantando. Y que las zombies que la atacaron antes, en realidad son toda una colección de lo más selecto de las idols de otros tiempos, listas (apenas dejen de comportarse como zombies) para unirse a ella en ese grupo. (Si, lo se… es raro… y esa es la premisa básica no más).
Por cierto, y ya que estamos, la primera temporada (si, son dos) tiene un muy buen momento cuando las chicas hacen un «rap-battle» en una de sus primeras presentaciones como el grupo de idols FranChouChou. Véanla aquí primero como salió en el anime y luego con las seiyuus recreando la escena en una presentación:
[…] y pienso seguir viéndola a menos que se desinfle como lamentablemente me pasó con el anime de la taruka…